Los colores de la montaña

0

Este viaje cinematográfico por Latinoamérica ha llegado a uno de los países más bellos del continente y lo hace con una película del mismo nivel, a través de una mirada inocente, soñadora y llena de color, en un contexto que despliega la cruda realidad que se vive en Colombia.

Por: Natalia Gil


Película: “Los Colores de la montaña”
Directora:
Carlos César Arbeláez
País:
Colombia
Año:
2010
Duración:
90 min
Género:
Drama

Se conoce a Colombia por ser uno de los países donde se cultiva uno de los mejores cafés del mundo como también una de la mejor droga, donde existe una riqueza natural inmensa, pero a la vez se vive una de las pobrezas más agudas; Colombia es un país lleno de dicotomías, vivimos caminando por un sendero lleno de dualidades, en donde somos un país que constantemente sufre, y sufre en todos los aspectos, pero se lucha constantemente con ahínco y orgullo.

Colombia tiene 48.747.632 habitantes, de los cuales 11.392.990 habitan en zonas rurales que viven del cultivo y el ganado, y son los encargados de sostener y mantener el equilibrio de la producción de nuestros alimentos y hablando en un sentido más profundo, de nuestra propia tradición, las pequeñas costumbres del campesino son hábitos que se han implantado desde nuestros ancestros, rutinas como hacer agua-panela (agua dulce) en fogón de leña o moler el maíz cada mañana para preparar las arepas “pál” desayuno son algunas de ellas, y en fin, cantidad de prácticas que se mantienen aun vigentes y son amenazadas constantemente por factores externos que inminentemente las irán destruyendo, uno de ellos es la rápida evolución del sistema que comienza a relegarlas y dejar atrás estas viejas costumbres para reemplazarlas por procedimientos más eficientes y fríos, que contribuyen más ágilmente a procesos de industrialización moderna, aspecto que avanza cada vez más y nos dejará algún día gravitando en un espacio totalmente vendido y sin identidad; otro de ellos resulta de un problema interno no menos peor, nacido paradójicamente en la misma ruralidad, la llamada violencia que trae consigo cantidad de meollos y caminos que a veces parecen no tener una salida clara, pero sigue siendo uno de los factores que más han afectado a todo el sistema campesino en los últimos tiempos, saliendo de esto las oleadas de desplazamiento a las ciudades, que han creado en poco tiempo un grave problema público de pobreza, indigencia entre muchas otras.

En cuanto a esto, existe la necesidad de actuar y de no esconder la voz frente a este tipo de problemas que aunque se han vuelto muy recurrentes, el cine los ha llevado a la gran pantalla desde muchas perspectivas, es el caso de la película Los Colores de la montaña del director Carlos César Arbeláez del año 2010, la cual narra la historia de un grupo de niños campesinos de la vereda “La Pradera”, Manuel, Julián su mejor amigo, y “Poca-luz” un niño albino que cierra un trio singular que aficionados al futbol juegan con una pelota vieja de uno de ellos, Manuel, el protagonista de la película que sueña con ser un gran arquero, la historia da una punto de giro cuando en el cumpleaños de Manuel, su padre le regala una nueva pelota, los amigos la pierden en un campo minado cerca a la cancha y la historia gira en torno a esa búsqueda por tratar de recuperarla, que no resulta nada fácil debido al contexto de violencia en el que están inmiscuidos.

montañaLa relación con el padre es una línea transversal de la película, que va a marcar su relación con le exterior, su familia, sus amigos y con este contexto, al padre lo buscan constantemente para reunirse con el grupo armado que domina la zona, negándose a involucrarse se esconde constantemente generando una ambiente de tensión continua, Manuel, desde una visión completamente inocente e infantil no se da cuenta de lo sucedido, teniendo solo en mente ir a jugar, pero este grupo se encuentra permeando todos los espacios de la película.

Todas las maravillas y las atrocidades del país se congregan en este film, varios aspectos que van transcurriendo en la narración que son un reflejo de la realidad colombiana, nos deja mucho que pensar, uno de ellos es el sistema educativo de las veredas colombianas, que se ven afectados por la amenaza de estos grupos armados que impiden a los niños estudiar libremente en las escuelas, otro es el machismo que se vive en toda la zona rural del país, un patriarcado arraigado desde tiempos inmemorables que encierran a la mujer como un objeto del hogar donde solo se les es permitido cocinar, bordar y cuidar de sus hijos mientras que el hombre es el dador del alimento y el que trabaja “con el sudor de su frente”, otro aspecto sería la tradición de la misa y la misma religiosidad arraigada de los pueblos colombianos costumbres importantes de estos lugares y cantidad de subtemas que hacen de esta película una obra que congrega la tradición con la problemática actual.

Mientras el relato avanza se vuelve incluso más evidente la realidad de la guerra englobándola en la belleza y la inocencia del mundo de estos niños, mostrando la cruel realidad que se vive diariamente, pero también deja ver esa lucha incansable por un objetivo y así somos los colombianos, los que luchan unidos, siempre pensando al otro como un hermano, esta es una película que habla de esas sendas de dualidades por donde caminamos y de las que hablábamos antes, donde constantemente se lucha pero se rescata siempre lo bueno, esta es una película que habla de la amistad, del amor y sobre todo de la belleza de esos espacios colombianos llenos de verdor y color, que aunque exista la guerra y la violencia que dominan sus rincones, nadie podrá arrancar la esencia de nuestras montañas, los colores vivos de los arboles, la pureza de nuestros vientos, la claridad de nuestro ríos y la felicidad de nuestros rostros, esta película es una acto de amor.


nataliaNatalia María Gil, nace el 22 de junio de 1990 en Medellín Colombia, comunicadora audiovisual de la Universidad de Medellín, ha tenido experiencia en el campo documental como investigadora, montajista y directora en la corporación Pasolini en Medellín, colectivo audiovisual e investigativo con un enfoque estético, ético y político fundamentado en la investigación socio-cultural en la ciudad de Medellín, además con proyectos en comunidades vulnerables en le tema de la comunicación para el desarrollo y la formación audiovisual Actualmente cursa un máster en cine documental en la Escuela de Cine de Barcelona.

Share.

Leave A Reply