Güeros en huelga

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El arte ha sido siempre un medio de expresión humana y social, una manera de contarle al mundo historias que pueden estar ligadas a cierta realidad. El cine ha sido el lienzo perfecto para esta intención y son innumerables las veces en las que ha servido de ventana para asomarnos a otros mundos y, además de entretenernos, nos permite agregar un poquito de ellos a nuestro bagaje cultural… En esta ocasión, la mira apunta a Latinoamérica a través de un emotivo film que nos despliega una realidad menos lejana de lo que quizá esperamos.

Por: Natalia Gil

Película: Güeros
o: 2014
Director:
Alonso Ruiz Palacios País: México
Duración:
107 min

Hoy el nuevo cine latinoamericano crece debido a una angustiante búsqueda por encontrar nuevas formas de contar nuestras historias, aunque ha logrado, más que en ningún otro tiempo, un furor que hace avanzar a pasos agigantados la industria cinematográfica en Latinoamérica, es un cine del descontento, de rupturas e inconformidades que busca desahogar en imágenes todas esas historias reprimidas por años que apenas salen a la luz, buscando un brillo o alguien quien las escuche.

De esa desazón que sentimos los latinoamericanos constantemente por nuestras raíces nacen historias intimistas y contestatarias como Güeros (2014) película del mexicano Alonso Ruiz Palacios, que es un ejemplo claro de esa necesidad de reflejar un contexto histórico real, en este caso vivido por México en 1999 y es conocido como la huelga de la UNAM ( Universidad Autónoma de México) movimiento que buscó la baja a la implementación de cuotas universitarias en concepto de inscripción y demás, por lo que defendían la gratuidad y libertad de la educación pública, siendo uno de las pocos movimientos estudiantiles en la historia que ha logrando su cometido por la defensa de sus derechos, cambiando el curso de toda una generación de estudiantes que lucharon por unos ideales que con el tiempo se han ido olvidando, como todo en los países de memoria a corto plazo como los nuestros, que luego sería el cine que tomaría la voz por la recuperación de esa memoria y velaría consiente e inocentemente por la añoranza de ese pasado será otra historia.

Esta película transforma todo ese contexto en una atmósfera densa y agitada en donde “sobreviven” unos personajes, “Sombra” y “Santos”, dos estudiantes que no están ni en contra ni a favor de la huelga universitaria, por lo que viven en el paro y letargo de los días que pasan, sin hacer nada. La recreación de su espacio es un claro reflejo del inconformismo que tiene rasgos de una historia vivida, si, pero claramente aludiendo a las nuevas generaciones del descontento, una casa podrida sin limpiar, que no tiene luz ni agua, un pequeño universo estancado del que salen con la llegada del hermano de “Sombra”, Tomás, que va a ser una herramienta importante para el arco narrativo por el cual caminan los personajes. Con Tomás, la película da un giro a una road movie con el pretexto de ir a buscar un cantante de rock de los 60s que esta muriendo en el hospital, cosa que alude inminentemente a esa añoranza del pasado y del hogar perdido, debido a que es el cantante favorito de su padre que ha fallecido, pero que en ellos sigue viviendo a través de su música. Los tres personajes se lanzan a recorren México D.f, involucrando a Tomás en su ambiente estudiantil de huelgas y asambleas, de amores y demás, que a la larga sería una bienvenida a las nuevas generaciones que recibirán el producto de esa agitación de los nuevos tiempos.

La película, una constante búsqueda de ese lugar del cual somos expulsados alguna vez en la vida, de ese hogar que se deja atrás y esto se ve reflejado desde el personaje de Tomás que es enviado de Veracruz a la capital con su hermano, por ser un niño “incontrolable”, dando cuenta de la incomprensión que sufre la juventud, además de la rebeldía que pulula en el ambiente a finales de los 90s, dejando atrás su lugar y su vida para entrar a otro universo que se integra a él con esas mismas preguntas, hasta Ana un personaje que forma parte de la narración como un sujeto fuerte y estructurado que lucha por la revolución pero está en conflicto con su pasado, pues de manera melancólica busca re-contactar con su madre con la cual ha perdido contacto por muchos años.

La situaciones de la película siempre se enlaza con nostalgia del hogar, o mejor dicho a ese desarraigo del lugar donde se habitó alguna vez pero al cual no se pertenece. Los personajes van en un movimiento constante por definirse, por habitar en esa “casa” que aunque anclada en un pasado está en busca de una expansión, de ese lugar superior sin fronteras ni limites en el cual cada uno camina a su ritmo, con sus propias angustias, como se muestra en este poema que nos regala esta película, en la cual se encapsula la esencia de ésta:

Extensión de la casa
Observamos los escombros largamente, como si en ellos reconociéramos los vestigios de la casa, como si en cada piedra pudiéramos adivinar los espacios en los que crecimos, tantos fragmentos de nosotros derrumbados, pero esas piedras afiladas, una sobre otra, ese montón de piedras es la casa y ya nadie vendrá a derribarla, “que la casa esté en todas partes” dijo uno de nosotros, y nos acercamos para tomarla en las manos, para extenderla a los lugares más queridos, para lanzar con fuerza la casa hacia el agua, a la ramas más altas de los arboles y a la intimidad de los pozos. Que las piedras de la casa se confundan con el resto de las piedras, para que en las noches podamos recostarnos bajo la tierra tibia y estemos resguardados, sin muros ni techumbre “

gueros_3Esa coalición de emociones que se siente al ver esa película que encaja en todo el sentimiento de ser joven en una ciudad demasiado grande, ese desarraigo del que huimos, de esa revolución social que se respira ahogadamente, de la soledad que sienten los jóvenes que han sido arrancados de sus vidas y son traspasados por el cambio, de la búsqueda constante del amor, un amor correspondido pero inalcanzable, todo esto englobado en una atmósfera de poesía, que humaniza a sus personajes y nos envuelve con ellos en un viaje orgánico partiendo de simples herramientas visuales y sonoras que nos transportan de las calles agitadas de México a un bote en le mar, de la tranquilidad de un poema a la incomodidad de unos pies plagados de hongos; el sonido es el que nos envuelve en cantidad de sensaciones que traspasan la pantalla y van directo a tu cuerpo, que también son como una forma de nostalgia que se refuerza con la música de Agustín Lara y la imagen siempre en blanco y negro que no dejan de lado cierto desasosiego frente a la vida y no sólo refleja una situación social, que cambió el rumbo de México, sino que también es una manera de acercarnos a nosotros mismos.


nataliaNatalia María Gil, nace el 22 de junio de 1990 en Medellín Colombia, comunicadora audiovisual de la Universidad de Medellín, ha tenido experiencia en el campo documental como investigadora, montajista y directora en la corporación Pasolini en Medellín, colectivo audiovisual e investigativo con un enfoque estético, ético y político fundamentado en la investigación socio-cultural en la ciudad de Medellín, además con proyectos en comunidades vulnerables en le tema de la comunicación para el desarrollo y la formación audiovisual Actualmente cursa un máster en cine documental en la Escuela de Cine de Barcelona.

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