El cine se digitaliza

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Las generaciones actuales estamos más que acostumbradas al cambio, la evolución es parte de nuestro ritmo de vida y en el mundo del cine no se ha hecho la excepción. La tecnología ha tenido un gran protagonismo en este proceso de evolución del cine, que igual está lleno de ventajas como de dificultades… ¿El reto? Encontrar la clave del equilibrio.

Por: Roberto Quintero

Fue a los 19 años que me enamoré perdidamente del cine, mi familia siempre había estado inmersa en la industria y por mi parte, después de comandar por varios años una empresa dedicada a equipar la proyección y el sonido en salas de cine, tenía la oportunidad de iniciar mi propia cadena de exhibición cinematográfica en México.

Después de vivir un proceso de crecimiento acelerado de la cadena, fue cuando, contando con 70 pantallas, “el destino nos alcanzó”. Finalmente las salas de cine debían estar digitalizadas en un plazo no mayor a 10 meses; se terminaba el celuloide de 35mm, las bobinas, los interlocks entre salas para usar una misma copia en dos proyectores, de alguna manera una parte nostálgica del cine vivía su etapa final.

Un nuevo amanecer aparecía en el horizonte para la industria del cine, la digitalización de todas las salas era inminente; países como Estados Unidos estaban en su etapa final de digitalización y los estudios amenazaban en varios países con que su siguiente estreno sería el último en contar con los clásicos ocho rollos de 35mm que conformaban una película.

Todo cambio representa amenazas y oportunidades y la digitalización no era la excepción:

  • El lado positivo, presumía ser el de mayor peso, sobre todo, para el último eslabón de la cadena que son los exhibidores. Representaba ahorros logísticos en el envío del material, en la construcción de complejos cinematográficos sin caseta de proyección (boothless) y en los costos de mano de obra; mayor flexibilidad en la oferta ya que ahora era posible con un solo DCP el ofrecer la película en opciones dobladas, subtituladas y 3D; menores consumos de energía eléctrica y de insumos de proyección que se requerían en los antiguos proyectores.

Los estudios tendrían ahorros importantes al no ser necesario el fabricar copias físicas de 35mm.

Los productores tendrían un acceso más fácil y directo a la exhibición comercial, de alguna manera se democratizaba la industria del cine.

  • El aspecto negativo no parecía ser tan grave, de no ser por la gran importancia que tiene el dinero, la colocación de miles de pantallas en todo el planeta constituía una inversión monumental que nadie estaba dispuesto a absorber.

Fueron los estudios quienes finalmente aceptaron el subsidiar parcialmente el proceso de digitalización, sustentado en el ahorro de la elaboración de copias 35mm, así es como nace el concepto de VPF (Virtual Print Fee), con dicho subsidio se ha permitido acelerar la digitalización en varios países.2zef61t

El VPF, en términos generales, ofrece pagar un monto que fluctúa entre los 400 y los 600 USD por cada copia exhibida en salas comerciales y de esa manera amortizar la inversión de los equipos de proyección digital que sustituyen a los equipos análogos que operaron casi con las misma tecnología desde los inicios de la industria.

Pero como toda buena película, no todo era miel sobre hojuelas, las cosas se complican justo cuando parecía que todo había salido bien. La democratización de la industria y la posibilidad de que los cineastas independientes lleguen de manera más rápida, económica y efectiva a la exhibición comercial, encuentran un obstáculo al observar que a la inversión de la película misma y a su respectiva campaña publicitaria de lanzamiento, se les sumaba la necesidad de levantar recursos para pagar el VPF.

Se prevé que para el mediados del 2015 todas las salas del plantea sean digitales, los efectos de este proceso en cada uno de los eslabones de la industria se verán poco a poco, lo que es un hecho es que las nuevas salas ya no contarán con casetas de proyección y como ocurría en “Cinema Paradiso”, Toto ya no tendrá que mover la manivela del proyector, ahora se requiere que Toto domine sistemas de cómputo para poder someter a los proyectores digitales.

El futuro a mediano plazo es el envío de la copia vía satelital, lo que permitirá hacer aún más accesible la recepción del material, incluso para los lugares más apartados del orbe. Ésta es otra manera de democratizar el acceso al cine y lograr que este medio cultural y de entretenimiento llegue a más gente en el planeta.

¿Cuál es el futuro de los distribuidores de películas en cada país? ¿Seguirán utilizando los estudios para programar su material o éstos iniciarán un proceso de adelgazamiento? Actividades como el marketing y la supervisión aún deben ser terciadas por los estudios en cada uno de los países donde tienen presencia.

¿Qué ocurrirá con los miles de proyectores de 35mm que serán desechados? se escuchan muchas ideas tales como convertirlo en mobiliario, hacer esculturas o simplemente desecharlo como fierro viejo.

El cine digital abre nuevas áreas de oportunidad para diferentes sectores, la digitalización permite ofrecer nuevas experiencias al público como es el 3D, 4X y finales alternativos entre otros, solo falta tener espíritu emprendedor y tener los ojos bien abiertos.

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Lic Roberto (cuadro)Roberto Quintero
CEO de Cinemagic
Academico de Inqba Escuela de Negocios, UDLAP, Universidad Anahuac
Emprendedor Global Endeavor
Emprendedor del año 2014, otorgado por el Gobierno Federal
Miembro del Consejo Nacional de Canacine México


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