La creatividad, ese poder mágico que solo unos cuantos privilegiados poseen. ¿Cuántas veces nos hemos lamentado por no ser tan creativos como “x” persona? cuando en realidad lo somos, al menos tenemos con qué, todo es cosa de ejercitarla.
Por: Mari Carmen Fernández Morales (Pinipon)
Si alguna vez escuchas de un mexicano la frase: “ajonjolí de todos los moles”, no temas, no se trata de uno de esos mensajes ocultos tan propios de la picardía mexicana, simplemente se refiere a algo o alguien que está involucrado en todo, tiene que ver con cualquier cosa y aparece por doquier…
Esta entrada está dedicada a la creatividad y su omnipresencia, así como se lee, a diferencia de lo que estamos acostumbrados a pensar, la creatividad no es exclusiva de los artistas, es una capacidad de todos los seres humanos, y su lienzo más común es nada menos que el día a día, el trabajo, los estudios, el ocio, el juego, las relaciones interpersonales, etc. El tema está en que no siempre sabemos sacar provecho de ella y eso es porque la tenemos mal identificada y por lo tanto, muchas veces no la sabemos utilizar.
Cuando éramos pequeños y fuimos a la escuela, al menos los que pertenecemos a los finales de la generación “x”, inicios de los “millennials”, nos topamos con un modelo de educación tradicional basado en la lógica, en donde lo importante era sacar buena nota en matemáticas, lengua, ciencias, etc. y las materias “de relleno”, en las cuales la nota nunca importaba eran: arte, música, deporte o cualquier equivalente dependiendo de la escuela a la que ibas. Es decir, en las escuelas nos enseñaban a usar el pensamiento lógico, rindiéndole un culto excesivo, cuando en realidad poseemos también un pensamiento lateral que quedaba siempre en segundo término.
Gracias a Dios, se han hecho muchas investigaciones sobre educación y se descubrió que poseemos diversos tipos de inteligencia y con ellas algunas buenas noticias, como el saber que los que somos malos para matemáticas, en realidad no somos tan tontos, simplemente tenemos mucho más desarrollada otro tipo de inteligencia y somos más propensos a utilizar el pensamiento lateral sobre el lógico.
Y entonces, la creatividad ¿qué tiene que ver?. Edward de Bono, en su libro El pensamiento lateral explica cómo funcionan ambos pensamientos y cómo se relacionan entre sí, habla de la función del pensamiento lógico, que es el inicio y desarrollo de modelos de conceptos y que la función del pensamiento lateral es la reestructuración de esos modelos y la creación de otros a partir de nueva información y aquí es donde aparece la creatividad.
En pocas palabras, y dicho un poco a lo burdo, la creatividad es la capacidad de resolver problemas, sin importar la índole de los mismos y esta capacidad la poseemos y desarrollamos todos en nuestros distintos perfiles y áreas de desarrollo: financieros, administrativos, programadores, músicos, médicos, mercadólogos, pintores, etc. Pero “… para poder hacer pleno uso de la creatividad es preciso extirparle ese halo místico y considerarla como un modo de emplear la mente y manejar información. Tal es función del pensamiento lateral.” Edward de Bono | El Pensamiento Lateral
Entonces la clave está en saber que ambos pensamientos son complementarios y que su buen uso da como resultado la creatividad. ¡Ahora es cosa de ponerla en marcha!. Es verdad que existen métodos y ejercicios para activar la creatividad, pero no es mi intención plantearlos en este post ya que en realidad los procesos mentales son tan personales como individuos existen en esta tierra y cada quien tiene su propia forma de resolver problemas. Lo que sí que voy a contarles es un breve método personal que combina el pensamiento lógico y el lateral y me ha servido para activar la creatividad en muchas circunstancias, no sólo en las relacionadas al arte y el diseño.
Así que ante una situación que no parezca tener pies ni cabeza:
1.- Detecta el objetivo.
Lo primero es hacer uso de tu pensamiento lógico y apartar de la mente todo aquello que te impida pensar con objetividad, lo que necesitas es saber exactamente el resultado que quieres obtener, así sin detalles, simplemente escribir en pocas palabras tu objetivo.
2.- Establece los pasos a seguir.
Imagina todas las acciones y herramientas que puedan llevarte a alcanzar tu objetivo, en el orden en el que van llegando a tu mente; ve escribiendo tus ideas, de preferencia a mano, la caligrafía ayuda a despertar la consciencia de lo que estás haciendo.
3.- Pon orden esos pasos.
Una vez que tengas un papel (o pizarrón, o la pared…) lleno de ideas hay que establecer una jerarquización, seguramente unos pasos serán más efectivos que otros, algunos serán complementarios pero otros excluyentes entre sí. Haz la depuración y establece el orden en el que los seguirás, esto te ahorrará mucho tiempo al evitar esa sensación de “estar perdido” ante cualquier situación.
4.- Llévalos a la acción.
Respetando, en la medida de lo posible, el orden que estableciste, ve resolviendo cada paso, dedica tiempo suficiente a cada uno y permítete jugar, no traiciones a tu actividad por pensar en la que sigue, lo más importante es el tiempo presente.
5.- Evalúa.
Al finalizar cada paso, así como al final de todo el proceso pregúntate siempre si funciona, si puede mejorar o si hay algo que te incomoda, no lo pienses dos veces si necesitas retomar un paso anterior para corregir algo, porque esa incomodidad puede volverse una bola de nieve; y corregir al final, cuando todo está hecho será mucho más difícil y pesado.
Recuerda que esto no es un método científico y si no te sirve como lo escribí, seguro que te da una idea para hacerlo mejor.
Profesora de Diseño Gráfico para el programa de Music Business en SAE Barcelona.
Apasionada, creativa y comprometida, siempre estoy en busca de nuevos enfoques para transformar mi entorno. Desde pequeña me he sentido atraída por las actividades que involucran procesos creativos y a través de mis estudios y experiencias laborales me he formado dentro de las áreas del diseño gráfico, diseño editorial e ilustración.
