La teta asustada

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Y hablando de cine latinoamericano, le toca el turno a Perú a través de una película ganadora de numerosos premios, entre ellos el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín. En esta ocasión seremos testigos del miedo que vivió el pueblo peruano, particularmente las mujeres, durante una época de terrorismo hace aproximadamente tres décadas.

Por: Natalia Gil


Película: La teta asustada.
Directora: Claudia Llosa.
País: Perú/España.
Año: 2009.
Duración: 103 min.
Género: Drama.

Explorando en las historias que cuenta hoy el cine latinoamericano se encuentran escondidos cantidad de contextos importantes de donde germinan verdaderamente los buenos relatos, entre sucesos políticos, guerras, huelgas, cada film elige seguir sólo una rama de ese gran árbol que está pegado a una tierra, a un lugar, que le da vida a una naturaleza moribunda en la memoria. Es el caso entonces de la película del año 2009 La teta asustada de la directora peruana Claudia Llosa, un claro ejemplo que deja observar las raíces palpitantes de Perú en los años 80s y 90s, un momento que para el país fue llamado la época del terrorismo. La trama principal parte de la historia de una mujer que ha heredado a través de la leche materna el miedo, y surgen cantidad de sucesos que la hacen afrontar esta rara enfermedad que le ha robado el alma.

En los inicios de los años 80s en Perú se consolida el grupo guerrillero llamado “El Sendero Luminoso”, grupo al margen de la ley que inicia en zonas rurales la toma de terrenos para convertirlos en “zonas guerrilleras” lugares donde el gobierno no ejercería ningún poder, ocupando entonces varios lugares buscaban convertir el país en una “zona liberada”. Este grupo comienza a tomar fuerza realizando variados ataques contra La Policía Nacional del Perú, a lo que el gobierno le respondería en los años 80s con un estado de emergencia en el cual las fuerzas armadas se alzarían en contra de “El Sendero Luminoso”, suspendiendo en varias regiones los derechos constitucionales de los pobladores.

Debido a ésto, los mismo militares, junto con los grupos insurgentes (El Sendero Luminoso y la MRTA-Movimiento Revolucionario Túpac Amaru-), que en constante conflicto violan los derechos de los agricultores y campesinos, cometiendo asesinatos y violaciones en estas zonas de control, viéndose obligados los pobladores a migrar a otros lugares como los desiertos donde se fueron creando pequeños poblados.

A causa de este agitado contexto político que vivía Perú en estos años, nace la película La teta asustada y su protagonista Fausta, una mujer hija de una madre violada en tiempos de terrorismo la cual vive cantando su desdicha a su hija, habitan en un pueblo joven no identificado, donde comparten casa con el hermano de la madre, el tío de Fausta. La película comienza por un punto de giro importante en la vida de la protagonista, su madre muere y viendo la imposibilidad que tiene para darle un buen entierro a su cuerpo, se ve obligada buscar recursos y la forma de hacerlo, pero la protagonista se ve impedida por su constante miedo por el mundo exterior y sobre todo por los hombres, miedo que transmitiría de su madre a través de la leche materna, –“ la teta asustada, así les dicen a los que nacen así como ella, sin alma, porque del susto se escondió en la tierra”– . Fausta debido al temor a ser violada como su madre se introduce una papa (tubérculo) en la vagina lo que también provocará, al inicio de la narración, un conflicto importante pues comienza a afectar su salud física, que se va complicando a medida que avanza la película.

Todo esto es un reflejo de esas consecuencias que dejó la época del terrorismo en este país, aspectos como la pobreza que se revela en la imposibilidad de Fausta de poder enterrar a su madre, pues no tiene recursos para llevarla al pueblo a darle su debida sepultura, además de la tristeza y el desconsuelo que la misma protagonista refleja en su rostro inexpresivo, que nunca sonríe y transmite en toda la película una atmósfera nostálgica y sombría, que se ve reforzado con los amplios paisajes siempre áridos con construcciones roídas y malgastadas que le dan una tonalidad lavada y sin vida a la película, esto contrastado con la vida cotidiana de sus familiares que trabajan como organizadores de bodas, haciendo pasteles y decoraciones para las fiestas, mostrando aquí las costumbres peruanas del festejo de un matrimonio popular, con sus bailes, comidas, música y demás.

Finalmente la historia utiliza una metáfora universal, el amor, para darle un punto de giro a la película, la enfermedad de fausta que le impide tener contacto con el mundo da un vuelco en el momento que conoce a Noé, el jardinero de la casa de una reconocida pianista donde Fausta comienza a trabajar como limpiadora para poder ganar dinero, este personaje que habla quechua, su misma lengua, va logrando paulatinamente una empatía con ella a través de su mismo oficio con las plantas, transformando al personaje hasta el punto de hablarle y compartir con él. A la vez se hacen presentes varios factores que crean el rol de la maldad que no permiten avanzar al personaje hacia su cometido, como lo es la patrona de la casa donde trabaja que constantemente la utiliza y manipula para sus propios intereses. En esta dualidad se ve inmiscuida la protagonista, pero es finalmente el personaje de Noé, y su familia, figuras del amor que entran a tomar peso en la liberación de sus tormentos.

Esta historia toca un aspecto muy humano que es el deseo por lograr un objetivo, ese poder del hombre de superar los obstáculos por un cometido deseado y es la fuerza de cada ser humano representado en esta mujer Fausta encarcelada en la memoria de su madre, que es al fin y al cabo una metáfora de un país que aun tiene que cargar a cuestas todas las consecuencias de una violencia llena de muertes y violaciones, pero en donde existe aun el ahínco de seguir mirando siempre hacia delante.


nataliaNatalia María Gil, nace el 22 de junio de 1990 en Medellín Colombia, comunicadora audiovisual de la Universidad de Medellín, ha tenido experiencia en el campo documental como investigadora, montajista y directora en la corporación Pasolini en Medellín, colectivo audiovisual e investigativo con un enfoque estético, ético y político fundamentado en la investigación socio-cultural en la ciudad de Medellín, además con proyectos en comunidades vulnerables en le tema de la comunicación para el desarrollo y la formación audiovisual Actualmente cursa un máster en cine documental en la Escuela de Cine de Barcelona.

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