Una buena película es aquella que te atrapa a través de casi todos los sentidos. El arte de contar una historia involucra infinidad de procesos que requieren de mucho talento, trabajo y paciencia; algunos de estos procesos están un poco subestimados, como es el caso del montaje, sin embargo sus resultados, muchas veces revelan a la magia como una de sus herramientas habituales. Sí, yo también me sorprendí cuando leí la siguiente nota…
Por: Federico Coloma
¿Qué es lo que hace que una película o serie televisiva sea buena?, una buena historia, un buen guión, un buen director, buenas actuaciones… Si, todo eso, pero hay algo fundamental y que muchas veces pasa desapercibido para el espectador común, nos referimos al montaje.
Sin el montaje las grandes obras audiovisuales prácticamente no tendrían sentido, en la sala de montaje es en el último lugar donde vamos a estar con nuestro material en bruto. Si bien un gran error de principiante es decir que todo se puede arreglar en la sala de montaje, es ahí donde le daremos los toques finales y el sentido al film, de ahí la importancia del “corte final”, esas dos palabras tan temidas por muchos que están reservadas para pocos directores de renombre que cuentan con este privilegio o favoritismo y también para los productores que son los “dueños” del producto final.
Pero claro, antes de llegar a esto, hay que empezar desde cero. ¿Qué significa o qué es el montaje? Cuenta la historia que el montaje nació gracias a un operador de cámara de Edison, Edwin S. Porter. que realizó una serie de recopilaciones de imágenes de archivo de una estación de bomberos mezcladas con otras filmadas por él mismo (Life of an American Fireman) así nacía la primera película que tenía una historia narrativa gracias al montaje.
The Great Train Robery fue otra obra hecha por Porter con la misma técnica ya perfeccionada por su anterior experiencia y que hoy en día sigue siendo objeto de estudio en todas las escuelas de cine alrededor del mundo. Hacia los nacimientos del cine, constantemente se descubrían nuevas formas de realización tanto narrativas como técnicas, ya que estaba todo por hacer. Hoy en día los desafíos son mayores y sólo se destacan quienes buscan nuevas formas de hacer las cosas sin protegerse con la creencia popular de que ya todo esta hecho.
El cine nació hace mas de 100 años y en aquellos tiempos, sólo se contaba con películas de 17 metros de largo, lo que hacía menos de un minuto de duración, cámaras pesadas y muy difíciles de manipular y con todas esas limitaciones había que contar una historia.
Las primeras tendencias de montaje comenzaron a verse en directores como D.W. Griffith, con su montaje transparente que podemos ver por ejemplo en su película The Birth of a Nation de 1915, la idea, era que todo corte debía pasar desapercibido para el espectador, dando la idea de continuidad mediante las miradas de los personajes, movimientos y todo aquel elemento que permita dar la sensación de ausencia de un corte para darle fluidez al relato. Esta tendencia de montaje ha sido adoptada principalmente por el cine Americano, contrariamente a este tipo de montaje, está el que directores Rusos como Einsestein o Vertov realizaban en sus films. En El Acorazado Potemkin y Oktubre, Einsestein nos deja en evidencia otra corriente de montaje, muy lejana a la creada por Griffith, en estos films podemos ver que es evidente que el montaje es realizado en una forma totalmente diferente, ya que la idea era que no se estaba mostrando la realidad, sino que tenía que ser evidente que era un film, por lo que el espectador claramente nota cuando hay un corte, lo que no hace que se pierda del contexto sino es para dejar en claro que es solo una representación. Vertov con El hombre de la cámara muestra también esta forma totalmente diferente de montaje y va más allá. Si bien es una película de 1930, tiene un montaje que es innovador e increíble para ser tan antiguo, no solo por la fluidez del relato, sino también por las técnicas de montaje como superposición de imágenes, picture in picture e incluso con situaciones que las resuelve con stop motion hace de esta película una joya que no puede faltar en ninguna filmoteca personal.
Pero para qué sirve saber la historia de como nació el montaje y las técnicas del cine si hoy en día con el avance casi supersónico de la tecnología, cualquier persona tiene al alcance algún dispositivo de grabación de imágenes, incluso con un teléfono inteligente uno puede realizar una película desde la grabación hasta la edición final y subirla a internet para compartirla con millones de personas.
Pero, ¿cualquiera puede hacer una película por contar con los recursos para hacerlo? Hay dos puntos básicos que se pueden llegar a revelar, uno es la herramienta de trabajo y otro es el trabajo en sí de montaje. Entonces, ¿cuál es la cuestión? Saber manejar un programa de edición no es lo mismo que saber montar, así como tampoco es necesario saber manejar un software de edición para ser un buen montador. Podemos hacer una analogía con la fotografía, todo el mundo puede manejar una cámara de fotos, pero eso no hace que todo el que tiene una cámara fotográfica sea fotógrafo. Hay miles de cosas que separan uno de otro y como en todos los ordenes de la vida, la experiencia y el estudio es uno de los factores fundamentales para llegar a un buen camino en este aspecto.
Es por eso que al montaje, como todas las partes que componen un audiovisual, no se le puede restar interés, ya que compone una parte fundamental y de suma importancia para realizar un audiovisual que perdure en la retina y en la mente del espectador.
Soy realizador audiovisual. Apasionado por el cine, la música y todo lo que tenga que ver con la tecnologia para su creación y desarrollo. Montajista de profesión y constantemente en movimiento ya sea sacando fotos, filmando o componiendo música.